Cuando desperté, el olor en mi nariz me dijo que estaba en el hospital.—¿Ya despiertas? ¿Te duele algo?— resonó una voz magnética, me volteé para mirar y resultó que era Patricio.—¿Cómo llegué aquí?— le pregunté débilmente, frunciendo el ceño mientras intentaba recordar lo que había sucedido, todo borroso.Él extendió la mano y llamó al médico. El médico entró rápidamente, me examinó de nuevo y me preguntó: —¿Sientes alguna molestia en alguna parte?—No, solo estoy débil y con muchas ganas de dormir— respondí sinceramente.Justo en ese momento, Marcos entró con una bolsa grande en la mano. Después de saludar al médico, le entregó la bolsa, diciendo: —Doctor, todas las radiografías están aquí, écheles un vistazo.El médico tomó la bolsa, sacó las radiografías y las examinó cuidadosamente. Luego me preguntó: —Señorita, ¿hace cuánto tiempo se fracturó la clavícula según su historial?Miré perpleja al médico, sin comprender, le pregunté: —¿Se refiere a mí?—Sí, según los resultados, la f
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