Nicolás golpeó suavemente la cabeza de Liliana y le dijo: —No te preocupes demasiado, mamá puede lidiar con ellos.Liliana, con lágrimas en los ojos y sosteniendo su cabeza, miró a Nicolás y le dijo:—¡Me estás molestando de nuevo!Mientras los dos niños peleaban, Leo se mantuvo en silencio, con la cabeza baja. Ximena se acercó a él y se agachó, abrazando a Leo.Leo se sorprendió y dijo: —Mamá...Ximena le susurró suavemente: —Leo, en el futuro, mamá quiere que seas valiente y rechaces las peticiones injustas de los demás. Mamá está contenta de que compres comida para tus hermanos, pero no quiere que te aprovechen, ¿de acuerdo?Ximena se sintió angustiada, su hijo más querido estaba siendo tratado como un tonto por los Pérez.Leo extendió lentamente su pequeña mano y abrazó a Ximena, con los ojos un poco rojos, dijo: —Sí, mamá, no te preocupes más...Al día siguiente, Ximena fue despertada por la fuerte voz de Mario. Se arregló y bajó las escaleras, donde vio a Mario transmitiendo e
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