Manuela quedó completamente desprevenida y fue golpeada, cayendo de rodillas frente a Ximena.Su aspecto desaliñado provocó risas burlonas de las personas que pasaban.Ximena se quedó sorprendida, no esperaba que estos dos pequeños realmente aprendieran a defenderse.— ¡Malditos mocosos!Manuela gritó mientras levantaba la cabeza, pero sin darse cuenta, Ximena estaba justo delante de ella, mirándola desde arriba con desdén.Manuela intentó levantarse apresuradamente, pero Ximena puso su mano en su hombro.Ximena se inclinó con una sonrisa en los labios y le dijo: —El niño te golpeó sin querer, eres tan comprensiva, ¿verdad?Luego, Ximena apretó el hombro de Manuela con fuerza, causándole dolor, y la levantó.Luego, con calma, le dio palmaditas en el hombro y dijo: —Ten cuidado con tu imagen de dama, hay mucha gente mirándote.Los ojos de Manuela estaban casi echando fuego, sus labios temblaban, y forzó una sonrisa más fea que llorar, diciendo entre dientes: — ¿Por qué iba a preocupa
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