Clara se sintió alegre y agradeció repetidamente a Iván: —Gracias, Iván, me has ayudado mucho.Ahora solo necesitaba encontrar al hijo de Juana y hacer una prueba de paternidad con Quirino para demostrar que no era un monstruo.—Iván, puedes estar tranquilo, seguiré investigando a ese hombre. Parece que se ha preparado para ser rastreado y ha cubierto bien sus huellas, por lo que podría llevar un tiempo encontrarlo, necesitaré más tiempo.—Toc, toc, toc.Se oyó la voz de ama Cruz desde afuera: —Señora, ¿ya ha terminado de bañarse?Clara colgó rápidamente el teléfono con Iván y guardó el móvil antes de abrir la puerta. —Sí.—Seguro que tiene hambre, ya he preparado la comida, cámbiese de ropa y baje a comer.Ama Cruz seguía siendo tan amable como siempre, pero el estómago de Clara empezaba a quejarse nuevamente, por lo que decidió no hacer ningún berrinche y bajó las escaleras.—¡Mamá, mamá!Apenas había llegado abajo cuando escuchó la voz del pequeño Claudio, quien corría hacia ella co
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