—Buscando una plaza para aparcar me he demorado un poco.—, la voz provenía de Adrián. Continuó, —Señorita Valeria, ¿ha encontrado algo que le guste en esta tienda? Si no, podemos ir a otros lugares.Rocío, soportando el dolor, gritó a Adrián, —¡No te dejes engañar por ella! ¡Tu novia no es nada buena, es realmente sucia!Adrián ni siquiera la miró, solo le dijo a Valeria Ramírez, —Señorita Valeria, vámonos.Pronto, ambos se fueron de la tienda.Rocío, viendo cómo se marchaban con desprecio, se sintió tan furiosa que quería gritar. Sacó su celular para llamar a la Comisaría de Orocielo, pero se enteró de que el subdirector estaba de viaje y que las cámaras de seguridad de la tienda no estaban funcionando. Sin evidencia concreta, no podían culpar a Valeria.¿Iba a permitir que Valeria se saliera con la suya?Cuanto más lo pensaba Rocío, más injusta se sentía. Se fue a Grupo Hernández, dejando a sus amigas atrás.Sergio estaba ocupado con papeles cuando alguien llamó a la puerta. Al levan
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