Entonces apareció un joven misterioso sin camisa, ojos azules rubio, de cuerpo perfecto, Dulce abrió sus ojos y vio aquel joven y le gusto tanto que dejo que el chico se acercara a ella, cuando menos sintió ella ya estaba sentada en las piernas del chico perfecto, su aliento olor a menta.—¿Por qué tan tímida?, acaso no te gusta lo que ves, nena, guapa, sabes que eras hermosa, pero ingenua, a ver si asi te olvida el otro, cuando me dejes entrar a tu vida, serás únicamente mía, por las buenas o malas, estas sabrosa —dijo el joven misterioso dentro del sueño.—Deberías ponerte una camisa —dijo ella.—No, porque tú no quieres que me la ponga, te gusta verme asi, no entiendo porque tú eres tan ingenua, tu mente ha creado todo esto, yo seré tu perdición, sabes voy a besarte —dijo.—¿Esto es un sueño? —dijo confundida.—Tu misma has creado este sueño, por eso estoy aquí, Dulce María, vine por ti, eres un dulce, eso me hace pensar en lo que podría hacerte, ya te estoy soñando desde antes, y
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