En cuanto Nelson se marchó en compañía de Robert, Pamela empezó a llorar en la entrada de la mansión, estaba desesperada y sufriendo mucho por los desplantes de su pareja. Ella nunca imaginó cuál era el verdadero rostro de Nelson y quien en realidad se escondía debajo de esos costosos, finos y elegantes trajes.—Señora Pamela, por favor pase a la casa, es muy tarde y se puede resfriar. —se acerca Adela al percatarse de su presencia en la entrada.—Gracias por preocuparte, pero creo que no me importa.—No sería bueno para usted enfermar, créeme que conozco a mi jefe y eso lo alteraría a un máximo nivel.Ella entrá en compañía de Adela y se derrumba en el mueble. —Su relacion con quién era su esposa ¿Fue tan espantosa como lo es ahora? ¿Él la maltrataba y humillaba de esta forma tan cruel? Sé que no le gusta hablar conmigo, pero tengo mucho miedo y ansiedad.—No digas que no deseo hablar contigo, quien impuso una distancia entre las dos desde su llegada, fue usted.—Tenia un pensar dife
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