320. EPÍLOGO.
Los días transcurren entre risas compartidas, abrazos cálidos y aventuras emocionantes. Siempre apoyándose mutuamente en los momentos buenos y difíciles, construyendo una familia unida y resistente. Isabella y Christian han encontrado la felicidad en su amor y en la hermosa familia que han formado. El tiempo ha pasado y ahora se encuentran en una etapa de sus vidas en la que la rutina y las responsabilidades se entrelazan con momentos de ternura y complicidad En una tarde tranquila, Isabella decide subirse a una silla para alcanzar un libro en un mueble alto. Christian, preocupado por su seguridad y la del bebé que lleva en su vientre, la llama con voz de alarma: —¡Bella, espera ahí! Te vas a caer —grita Christian, intentando detenerla—. No puedes hacer eso, con ocho meses de embarazo. Si te caes, podrían hacerse daño los dos. Es por eso que no puedo ir a trabajar tranquilo a la oficina. Siempre haces locuras. Isabella sonríe y le responde de manera juguetona:—Eres un exagerado.
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