Me desperté de un salto, cuando escuche el despertador, eran exactamente las siete de la mañana, no recuerdo a qué hora llegue. Miro a Sony, está dormida, no entiendo cómo es que no se asusta con la alarma, tiene un sueño pesado, en eso, no nos parasemos. Me levanto, siento las piernas adormiladas, y casi me arrastro al baño por el dolor de mi pie, sin embargo es mínimo. Cuando me miro al espejo, reprimo un grito. Me veo horrenda, mis rizos están enmarañados, mi maquillaje esta en toda mi cara, el delineador me llega a la boca, no puedo soportarlo y comienzo a reír. Me doy un baño apurada, y con una toallita húmeda, intento quitar el maquillaje, pero no lo logro por completo. No tengo tiempo para dedicarle, así que me maquillo, lo mejor que puedo, para ocultar lo mal que me veo. Peleo con mi cabello, no creo que pueda tener rizos en todo el día, así que me lo recojo en una coleta. Respiro hondo y compruebo como me veo. Mis ojos cafés, se ven más oscuros que lo normal, mis rizos intens
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