Carolina se quedó petrificada.Miró a Zoraida, sonriendo, y luego bajó la vista hacia el cuchillo incrustado en su pecho, su rostro lleno de shock y asombro.Nunca imaginó que su compañera de secta, que en un segundo sonreía alegremente, al siguiente se volvería su asesina con tal decisión.Y lo hizo sin mostrar la menor señal.—¿Qué?El giro inesperado también dejó atónito a Pedro.Él simplemente había mencionado algo al azar, sin albergar ninguna esperanza, pero ¡Zoraida lo tomó en serio!Y no solo eso, sino que actuó con decisión.Una estocada, directa al corazón de su hermana de secta.¿Esta mujer, era cruel y despiadada? ¿O simplemente demasiado loca?—¿Por qué? —Carolina, con los ojos muy abiertos, habló con dificultad.En su rostro había sorpresa, ira, rencor, indignación, pero sobre todo, incomprensión.No podía entender por qué Zoraida quería matarla.¿Acaso, todo se basaba en una frase de Pedro?—Hermana, no me mires así. Como acabas de escuchar, fue Pedro quien me pidió que
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