Después de llevar a Irene a su casa, Pedro regresó a la clínica Bueno y Feliz. Sin embargo, apenas abrió la puerta, el escenario en el interior le hizo fruncir el ceño ligeramente. La clínica Bueno y Feliz parecía haber sido saqueada. El ambiente era de total desorden. Frascos de medicamentos estaban dispersos por el suelo.Leticia, por su parte, corría de un lado a otro dentro del consultorio, su rostro lleno de ansiedad y sudor cubriendo su frente.—¿Dónde está este medicamento? —Se oía a Leticia, receta en mano, buscando en todas partes. Finalmente, en la parte alta del botiquín, vio los frascos que necesitaba. Debido a su altura, tuvo que subirse a un taburete para alcanzarlos.—¿Qué estás haciendo? —La voz de Pedro la tomó por sorpresa.Leticia se asustó tanto que cayó del taburete. Justo cuando estaba a punto de golpear el suelo de cabeza, Pedro, por instinto, la sostuvo en sus brazos. Un suave perfume invadió sus sentidos. Sin dudar, Pedro la ayudó a ponerse de pie y liberó su a
Leer más