Mirando a Rubén, quien humildemente pedía consejos, Marta quedó paralizada en su lugar, sin poder reaccionar durante un buen rato. Jamás había imaginado que Rubén, siempre tan altanero y de carácter solitario, tendría un lado tan humilde. Lo más sorprendente era que estaba intentando complacer a Pedro, a quien consideraba un completo inútil. Simplemente, era incomprensible.—No me atrevería a instruirte, pero si hay algo que no entiendas, Rubén, podríamos compartir ideas —dijo Pedro con una sonrisa.—Claro, claro. Mira esto primero.Sin más preámbulos, Rubén sacó un libro antiguo y comenzó a estudiarlo en el acto, señalando varias partes que no comprendía.—Ah... en realidad, todo esto es bastante sencillo. Por ejemplo, este pasaje habla de tomar cien tipos de insectos y ponerlos en un jarrón para que peleen entre sí. Al cabo de un mes, abres el jarrón y si solo queda un insecto, ese es el "insecto de brujería". Este en particular se usa para combates venenosos. También hay un método p
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