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Todos los capítulos de Esperando las visitas del CEO : Capítulo 21 - Capítulo 30
57 chapters
Capítulo XXI. La mudanza
- Me parece que eso no será posible - Roger nos mira a ambos. - ¿Qué es lo que no será posible? - le pregunto temerosamente. - Que tú te mudes al apartamento de Leonard - me responde Roger. - ¿Por qué no? ¿Cuál es el problema? - pregunto sin entender a qué se refiere aunque por el rostro de Leonard puedo casi adivinar que una mala noticia viene en camino. - De algún modo le han hecho llegar a nuestra madre la noticia de que ustedes dos se han casado - me he casado bajo mi verdadera identidad ¡Martha no puede darse cuenta que aún sigo con vida! - y ahora quiere que ustedes dos se muden a la finca enorme que es la casa de nuestros padres - aclara Roger, Leonard no dice nada solo respira agitadamente. - Pero aún con eso este podría ser el refugio perfecto para Amelia, estaría acompañada de Pablo y lejos del alcance de tu padre - una fuerza interna se apodera de mi. - Isis tiene razón, Amelia estará más segura aquí que cerca de nuestro padre, lo mejor será que ella se quede aquí con
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Capítulo XXII. La amante falsa
La cena se llevó a cabo entre gritos, discusiones, insultos y malos tratos entre Gerard y sus dos hijos. Al poco tiempo de que la cena dio inicio Martha ordenó a Roger que se sentara a un lado de ella, así fue, unos instantes más tarde el teléfono móvil de Gerard sonó y él se retiró de la mesa para atender a la llamada. - Bien - Leonard se puso de pie - será mejor que Isis y yo no terminemos la cena por hoy - dijo a su madre y me tomó de la mano para que yo también me levante. - Vamos querido, no te estarás tomando en serio las amenazas de tu padre ¿o si? - dice Martha, que al parecer no sabe nada de que yo estoy al tanto de las intenciones de su marido y las suyas. - Eso no importa por ahora, pero como esposos que somos Isis y yo merecemos respeto y privacidad. A partir de mañana no cenaremos más en esta mesa si mi papá está presente - nuevamente Leonard me acomoda tras de él mientras discute con su madre. - Supongo que no será de mucha importancia que ustedes dos no estén pres
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Capítulo XXIII. Promesas, obsequios y amor
- El trabajo ya está hecho - me dice Adriana entre susurros y abriendo la puerta del baño, lugar en el que me quedé escuchando mis audífonos para no tener que escuchar los gemidos de Abdiel. - ¿Él sigue con los ojos vendados? - le pregunto retirándome los aidífonos. - Sí, tal como usted me lo pidió - me responde Adriana temerosamente. - Bien, tienes que quedarte aquí sin hacer ruido y sin abrir la puerta hasta que yo regrese por ti - salgo del baño y Adriana entra a sentarse en la tina de jacuzzi vacía - ahora vuelvo - le digo cuando veo que ya ha acato mi indicación. - ¿Has disfrutado de nuestra noche de pasión amor mío? - le pregunto a Abdiel fingiendo que estoy excitada. - Sí... - tiene un cansancio extremo, puedo ver que Adriana lo ha dejado hambriento y deshidratado - usted es tan increíble mi señora - me dice con plena satisfacción. - Me alegro muchop de que hayas disfrutado de nuestra primera noche juntos - le digo mirándolo desde el borde de la cama, parece una res que e
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Capítulo XXIV. Amenazas
Me quedé mirando fijamente al oso y al ramo de flores hasta que descubrí que este último trae consigo un sobre con una nota, me acerco para abrirlo."Yo sé que nuestro amor nunca podrá salir a luz, pero quiero que sepas que estoy enamorado de ti y a pesar de que lo que siento es prohibido porque eres la esposa de mi hermano siempre voy a estar disponible para ti, pues quiero que tu seas para mi aunque solo se trate de un amor imposible. Te deseo Isis, con toda mi alma y con todo mi cuerpo, desde que te vi por primera vez siento un enorme y ardiente deseo de estar contigo en una cama haciéndote totalmente mía". Atte: Roger. Al terminar de leer dicha nota sentí como si mis manos se estuviesen quemando ¿de dónde sacan los miembros de esta familia las agallas necesarias para traicionarse los unos con los otros? ¿no estaba Roger tan enamorado de Amelia? ¿Porqué me está buscando para tener una aventura? ¿acaso no respeta a Leonard? .Sin saber qué hacer mandé una fotografía al teléfono mó
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Capítulo XXV. Nuestro hijo
Apenas hoy he podido levantarme de la cama para ir a la consulta con el especialista de fertilidad, me he quedado allí debido a que el miedo de salir por los pasilllos y los jardines de la finca de los Boure me aterrorizaba, no obstante no podemos esperar más para que este proceso de inicio. Pablo no me acompañará pese a que con todas mis fuerzas deseo que sea así, Leonard ha dicho que esto es entre nosotros y que nadie debe estar al tanto de que vamos a tener un hijo hasta que el bebé esté en nuestros brazos. Todo el camino al hospital me he mantenido en silencio y tomada de la mano de Leonard, no he hablado con él acerca de que yo también lo amo pero algo dentro de mi me dice que ya lo sospecha - ¿estás lista? - me pregunta con delicadeza. Yo asiento con la cabeza para responder. - Es uno de los mejores especialistas de la ciudad, no tienes nada que temer, yo ya he hecho mi donación de espermatozoides - me asegura. Tal hecho quiere decir que solamente falta que sea a mi a la que se
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Capítulo XXVI. Desaparecida
El proceso del embarazo ya ha dado inicio, justo ayer fuimos a ver a la chica que nos está rentando su vientre para poder albergar a nuestro hijo, no pude evitar sentir celos por un instante y no por el hecho de sea ella quien esté cargando a mi hijo en su vientre sino porque Leonard se mostraba demasiado atento con ella, sin embargo, al pasar de los minutos pude darme cuenta de que solo se trata de lo que una mujer que se embaraza bajo contrato tiene derecho a recibir.- ¿Algún día piensas tener hijos conmigo? - me preguntó Leonard cuando veníamos de regreso a casa, misma que ha quedado a mi nombre cuando Leonard tomó posesión de la mafia. - Sí, pero luego de que sucedan un par de cosas - respondí inmersa en mis pensamientos. - ¿Qué cosas? - me peguntó mi esposo. - La primera, lograr disolver la mafia pero sin dehacernos de la enorme ganancia que esta deja, sabes muy bien que lo último que quiero es que mis hijos crezcan en medio de unos sanguinarios delincuentes para que luego te
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Capítulo XXVII. El amor
- ¿Cómo te sientes? - le pregunto a Pablo cuidadosamente. - Como si un camión de carga hubiese pasado por todo mi cuerpo - me responde aún con debilidad. Seguramente su cuerpo está somatizando el estrés.- Será mejor que descanses lo que resta del día y probablemente durante esta semana, todos estamos en peligro y podríamos caer en manos de cualquier miembro de otra mafia - le inidica Leonard.- Necesito ir a la universidad, aún tengo exámenes que presentar esta semana - dice Pablo con preocupación, mientras que yo quedo verdaderamente sorprendida por la entrega que tiene hacia su futura profesión.- Yo hablaré mañana a primera hora con las autoridades de la universidad para que te permitan presentar los exámenes en línea y para que puedas cubrir los trabajos ordinarios desde casa - me da un beso en la frente y se pone de pie - voy a conseguir más hombres que nos ayuden con nuestra seguridad, no tardaré - sale por la puerta de nuestra habitación y desaparece.- Yo... lamento no haber
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Capítulo XVIII. Sin razón
Adriana necesitó una hora extra de trabajo para poder someter con totalidad a Abdiel, ya se la he pagado y le dado de propina un collar y un par de aretes de rubís, no debe ser fácil acostarse y dominar a un hombre tan físicamente sin gracia. También la tuve que sacar por una de las puertas traseras para que los empleados de seguridad no empiecen a sospechar de que hay una prostituta dentro de la casa, eso convertiría mi nuevo hogar en un burdel de mala muerte, pese a que los propios porteros creen que la chica es una vieja amiga mía, todo podría pasar en estos momentos y no quiero correr el riesgo de que el traficante de blancas más poderoso se llegue a dar cuenta de que en realidad se ha estado acostando con una prostituta y no conmigo. - Buenos días - dije al entrar al comedor y saludar a todo el personal de limpieza. - Buenos días Señora - me contestan tres mayordomos de manera dispareja. - ¿Mi esposo ya ha llegado a casa? - desde ayer que salió a atender el asunto de Amelia no
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Capítulo IXXX. Las negociaciones
Ellos son lo único que tenía y me hicieron a un lado - dice Pablo en medio de un llanto desgarrador. - ¿Quiénes son ellos? - pregunto con temor a empeorar el estado de ánimo de mi amigo. - Mis padres y hermanos - saca un pañuelo de la mochila y se limpia sus lágrimas - me han desconocido como parte de su familia solamente por mis preferencias. Al escuchar la palabra "preferencias" puedo entender a la perfección que hace referencia que gusta de los chicos - Pero... Eso no es tu culpa, simplemente es la naturaleza humana, y al igual que todo en este mundo hay más de una variante - le digo intentando no mostrar mi enojo, yo daría lo que fuese necesario por tener a mi familia de regreso conmigo, Ahora intento rescatar a la única persona viva que queda de los Roux. ¡No puedo creer que solo por las preferencias sexuales de Pablo su familia haya decidido desconocerlo como un miembro más de la misma!. - Lo sé, pero en las familias nobles ser gay es igual a tener un deshonor muy grande en
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Capítulo XXX. Un nuevo miedo
Han pasado cuatro días desde la última vez que ve a Leonard y tampoco he podido ver a Pablo, solamente he sabido de él cada que entra y sale de esta enorme mansión, y tal como mi esposo se lo hizo saber siempre va rodeado de hombres que tienen como tarea velar por su seguridad. Esta soledad me está haciendo extrañar mi antiguo empleo de cuando era una simple veladora en el teatro.Al observar hacia los jardines veo que Roger y sus hombres entran como si de la misma realeza se tratase y desde atrás de las cortinas de mis ventanales, donde me mantengo oculta, veo como Martha sale a recibir a su adorado hijo. Desde lejos puedo ver que una parte importante de la vida de esa repugnante mujer depende totalmente de si su hijo contrae nupcias o no con mi hermana.Estoy sumamente aburrida y aún es temprano para conciliar el sueño, por lo que he decidido que será mejor que baje a tomar un poco de aire fresco - Ángel Ven aquí - escuché que la voz de Martha le ordenó a alguien del personal, la ord
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