UNA PEQUEÑA DISCULPAMAURIZZIOCuando al fin terminó de atacarme, de lanzar sus palabras semejantes a dardos venenosos que se incrustaban en mi cerebro y corazón, las sentí así, por qué con ellas me atacaba de la forma más certera, pues ponían entre dicho mí actuar, no lo puedo negar, es que todo eso que había dicho era la verdad, era como yo estaba actuando, de la misma manera como ella lo estaba diciendo, de algún modo era igual que esos tipos a los que mencionaba, tal vez lo soy, soy igual a ellos, pues haría, más bien estoy haciendo lo que cualquier inescrupuloso, lleno de avaricia, capaz de hacer lo más bajo por cumplir sus caprichos.A lo mejor a mi me mueve otras cosas diferentes a las de ese tipo de personas, aunque quizás que mis motivos reales no eran como los que de esas personas a las qué ella detestaba, o por qué a lo mejor yo me quisiera creer más que ellos, y tampoco uno de los motivos era por qué tenía dinero e influencia, pero en cierto modo esos dardos me hicieron se
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