Sofía Adams - Marzo, 2012Estaba nuevamente en los brazos de Ethan después de siete años. Siete largos años sin sentir esa emoción en el estómago solo por estar cerca y oler su aroma, que seguía siendo exactamente igual que antes.No estaba segura de cómo sentirme; estaba feliz de tenerlo cerca, pero algo aún no encajaba.El aroma... A pesar de que su aroma seguía igual, él no era la misma persona, y bueno... yo tampoco lo era.Ethan aún usaba el mismo perfume amaderado de siempre, pero yo me había acostumbrado al aroma a limón de Nick, la frescura. Nick era mi esposo y mi mejor amigo; él siempre había estado allí para mí, no Ethan.Me aparté de su abrazo, tratando de pensar con claridad. Ethan me soltó sin vacilar, su mirada cuestionadora.No estaba segura. Suspiré, cansada. Además de la noche sin dormir, era difícil descifrar al hombre que era ahora. No quería desmoronarme de la misma forma en que lo hice ayer, especialmente con él presenciándolo. Pero sucedió, y ahora solo podía se
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