_ mis padres me enseñaron que saludar, decir por favor y gracias, eran palabras mágicas, niñoFueron las primeras palabras que escucho salir de la boca de aquel monumental hombre, quiere decir, del tipo ese, su voz era profunda y demandante, tal como su aspecto y su miradaSi, esa mirada, que llevaba calándolo hasta los huesos durante todo el silencioso momento, escrutándolo desde lo alto, y de pronto, haciéndolo sentir pequeño, pero a la vez grande, indeciso, pero a la vez, seguro, era difícil de explicar lo que esos enigmáticos ojos azules que resaltaban en ese rostro sucio de aceite, estaban provocando en elIntentó, si, se esforzó y lucho como todo un King por no dejarse vencer en ese juego de miradas y casi estuvo a punto de lograrlo hasta que silenciosamente, el hombre elevo su ceja izquierda en un gesto completamente inquisidor, no lo resistióBajo su mirada, solo un poco, tampoco caería tan bajo como para mirar al suelo o a sus pies, pero el hecho fue peor, poso su mirada al f
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