Fernando. Entro a mi oficina, camino hacia mi escritorio y pongo mi maletín a un costado, pero está felicidad que traigo por dentro, no me la cambia nadie. Pueden pasar miles de cosas, pero el amor que siento por mi esposa es más grande de lo que se alcanza a imaginar. Esta noche tiene que ser todo perfecto, tenemos días que no compartimos un momento a solas y es necesario para demostrarle, cuanto la amo.Tomó un suspiro y enciendo el portátil para ponerme al día con todo lo relacionado con el nuevo lanzamiento del perfume. No cabe duda que esta empresa cada día, va mejor, y lo digo por las cifras que me muestra el balance y es que a pesar de todos los problemas que eh tenido con Margarita y Justo por la herencia que dejo mi abuelo, hemos podido sacar cada proyecto, de forma exitosa.Estoy concentrado en mis deberes cuando siento unos golpecitos en la puerta, de inmediato fijo la mirada y me doy cuenta que es Adrián y mi ahijado.—¡Fernando! ¿Qué tal, como estas?— Me saluda
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