Aslan MurabakBerna fue mi primer amor. Y hoy sé lo que es el odio gracias a ella. Nuestro primer beso fue inolvidable. Cuando aún éramos adolescentes, se encontró conmigo en uno de los jardines del palacio, me llamó para dar un paseo. Era la chica más bella y delicada que había conocido, yo salí corriendo como un cachorro. Fuimos caminando, hasta que ella empezó a correr animándome a ir tras ella, pero la niña tropezó y se cayó, se hizo daño en un pie y yo fui corriendo tras ella en cuanto la vi caída, la cogí y la llevé y ella se agarró a mi cuello y me besó. Teníamos doce años, yo estaba muy avergonzado, no sabía cómo actuar ni qué hacer, si meter mi lengua dentro de su boca, pero ella me guió perfectamente, fue un beso rápido, porque si alguien nos pillaba allí tendría que casarme con ella, el honor en nuestro país es algo muy serio. La llevé dentro del palacio en mi regazo y me dijo que era uno de los días más felices de su vida y que soñaba con ello. La dejé en el sofá del salón
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