CAPÍTULO 27 Luana Davis El batido estaba buenísimo, pero al principio me daba un poco de miedo estar en una mesa con un hombre, a pesar de que ya estoy casada. Pero increíblemente la conversación fue un poco divertida, Louis y yo empezamos a hablar de los niños, e incluso quedamos el mismo día para ir a visitarlos. Me pareció que es un hombre con muy buen corazón, me contó varias cosas que ha estado haciendo allí, y me sorprendió la forma en que habla de los pequeños. Esta es una de las cosas que más me gusta en mi vida, estar allí y poder ayudar y dar cariño a esos niños que viven tan solos. Noté que estaba un poco inquieto, y supe que quería preguntar algo, así que le dije: - ¿Por qué me miras así? ¿Quieres preguntarme algo? - ¿Estás casada, Luana? Perdona que te pregunte, pero... ese día dijiste que no lo estabas, pero por lo que entendí algo cambió, ¿no? - preguntó por fin, y me dio un poco de vergüenza contestar, pero a estas alturas mucha gente ya lo sabe,
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