—Bienvenido, Iván —dije con la voz más calmada que pude.Debía ser un adulto, sé que Iván se comporta como un niño pequeño y le gusta molestarme, así que en esta situación y de nosotros dos, tenía que ser yo la voz de la razón.Fingiendo serenidad, aunque internamente estaba muriendo, me acerqué a él, dándole un beso suave en la mejilla como bienvenida. Era tan alto que tuve que ponerme de puntitas y sostenerme de uno de sus hombros para conseguirlo, pero él me dejó hacerlo, con mucha más naturalidad de la que esperaba.—Espero que pases agradables momentos en la fiesta —le digo con la misma cortesía, separándome de él finalmente.—Gracias, Adele.Mirándome a los ojos por un segundo, finalmente sonríe con suavidad, dejando la fila y alejándose de mí entrando en el jardín, desapareciendo entre la multitud de invitados que ya habían llegado hasta aquí.No sabía si le había molestado que le diera un beso en la mejilla, tampoco sabía si era lo correcto al ser una pareja oficial de nuevo,
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