Su apartamento no era tan grande, sin embargo, no importaba, mi cuerpo solo quería una cosa, sentirse deseado.— ¿Quieres alguna cerveza o algo para tomar? —pregunta Miguel.—No, vamos al punto, necesito esto.Fuimos directo a su habitación, me empezó a besar, al menos besaba bastante bien.Sus manos fueron recorriendo mi cuerpo, las mías hacían lo propio, empecé a quitarle la camisa.—Miguel, tuve suerte, han suspendido el evento…— alguien había entrado al apartamento y no habíamos escuchado.—Belinda… —Miguel se quedó callado, no sabía qué decir.—Ahora entiendo tu interés porque fuera a ese evento, ya tenías planes de revolcarte con esta mujerzuela. —dijo Belinda—A mí no me vas a tratar así. —Le quise dar una cachetada, pero ella me la detuvo y más bien la regreso.—Eso es lo que eres al meterte con hombres casados, acaso no le ves el anillo…Ella quedó viendo su mano y no tenía el anillo de boda, no sabía que era casado, nunca me involucro con mis empleados.—Veo que a ti no te i
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