Despertó sintiendo aquel beso en su frente, abriendo sus ojos agua marina, pudo ver el zafiro de Hades mirándola con preocupación, el color era el mismo, la forma era la misma, sin embargo, la mirada no lo era, el zafiro de Hades era sincero, era puro, reflejaba exactamente lo que sentía, no había oscuridad en ellos, aun se sentía vulnerable, no había podido hacer nada para defenderse, Zeus pudo haberla…no quería pensar en ello, quería simplemente olvidarlo, aunque sabia que no podría, acariciando el rostro preocupado de Hades, pensó en las palabras de Adriano, debía decirle, lo sabia bien, pero no dejaba de sentir temor de lo que pudiese ocurrir, apretando sus puños se sintió como una tonta, no lo permitiría, ni Zeus ni nadie más volvería a tocarla de esa manera, mirando a Hades directamente a los ojos a su amado, resolvió aun no decírselo, no necesitaba mas problemas en su vida, sin embargo, no dejaría aquello solo así como así.– Quiero que me enseñes a pelear, quiero poder defende
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