Toc, toc, toc. –Ya había caído la noche cuando se escucharon los golpes en la puerta, Carmen fue a abrir y se encontró con la sonriente rubia de ojos verdes, hermana de Brooke, quien portaba una mochila y un bolso de mano. –Buenas noches Carmen, ¡sorpresa! –Buenas Barbarita, claro que es una sorpresa, ¿viniste solita? –Sí, mi padre me llevó hasta el terminal de autobuses y al llegar aquí tome un taxi, todo bien y tranquilo. ¿Dónde está mi hermana? –Está en la habitación del niño preparándolo para dormir. –Iré a verla.Brooke estaba terminando de vestir al pequeño, luego de darle un baño cuando escuchó que decían: –Buenas noches, no me invitaron, pero aquí estoy. –Barbara, qué agradable sorpresa, ¿mis padres están aquí? –No hermana, vine sola, lamenté que no fueras el fin de semana porque quería compartir contigo, así que aquí me tienes. –Bienvenida, no pudimos ir por algunos inc
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