ALBADespués de una hora de beber y bailar, sin el regreso de Jonás, mi curiosidad por su ubicación me supera y me obliga a tomar medidas drásticas, aunque estúpidas, para obtener algunas malditas respuestas. Poniéndome de pie, miro a Tatiana, Gema y Carmen, señalando en silencio que es hora de ir al baño. No hace falta decir palabras para que entiendan mis intenciones."¿Adónde vas?" —pregunta David, poniéndose de pie para unirse a nosotros en nuestro viaje al baño. No tendría tiempo de buscar en todo el club, pero podría buscar a Jonás y ver sus verdaderas intenciones. Su comportamiento ha sido increíblemente diferente al del hombre que conocí hace unas semanas."Al baño, David", respondo con indiferencia, "ustedes pueden quedarse aquí mientras nostras vamos". Asiento con la cabeza hacia los gemelos y Carmen."No", insiste David, "déjame ir contigo, no es seguro". Puedo ver a la beta de Jonás, Eli, observándonos intensamente mientras intenta escuchar nuestra conversación."David", l
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