Clara abrazó a Aarón, cuyo cuerpo todavía estaba entumecido. Si no lo hubiera sostenido, este mol de hombre de 1.88 metros podría haberse arrodillado ante Alejandro.—Señorita, estoy bien—respiró Aarón mientras trataba de reconfortarla, aunque en realidad no podía mover un músculo.—¡Ni siquiera puedes levantarte! ¿Y dices que estás bien? —Clara se preocupaba por la seguridad de Aarón, con los ojos enrojecidos de ira, mirando furiosa con Alejandro, quien permanecía imperturbable. —Frente a mí, ¿realmente pudiste ser despiadado con mi gente? Alejandro, ¿todavía eres humano? ¿Dentro de esa apariencia vacía, llevas un corazón malicioso?El hombre sintió una punzada en el pecho y sus ojos oscuros como la noche se tornaron rojos.—Él me atacó primero, ¿acaso no lo viste? Además, no le hice ningún daño real. Por la noche, su movimiento se recupera de forma natural.—No necesitas explicarte más. Cuanto más explicaciones, más vil y asqueroso pareces Clara, con lágrimas brillando en sus ojos, l
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