Una vez que terminó de hablar, Noa, con el rostro serio y frío, cortó la llamada telefónica Se sentó. Su pecho aún se agitaba y su rostro mostraba un evidente malestar.Esa pieza de jade era su tesoro personal y llevaba con ella desde su infancia. Para otros, podría carecer de valor, pero para Noa era algo invaluable. Y se lo había regalado a Alex. Sin embargo, nunca imaginó que Claudia lo tiraría sin más.Antes, creía que Alex lo había perdido, pero ahora, considerando los eventos anteriores y posteriores, se dio cuenta de que era probable que él nunca hubiera visto ese jade. Por eso, al preguntarle, mostró una expresión de desconcierto.Claudia, al ver cómo le colgaban el teléfono, se enfureció tanto que estuvo a punto de lanzar su celular, pero finalmente se contuvo debido a su posición.—¡Esa Noa!—Claudia, ¿ocurre algo?—Vamos a la compañía de Alex de inmediato, ahora mismo.El sirviente observaba con incredulidad el estado furioso de Claudia. Sacudió su cabeza mentalmente. Esta
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