—¡Te estoy haciendo preguntas! —Lucía dijo en voz alta—.¿Quién ha preparado el lugar así?Sonia parecía que estaba viendo un buen espectáculo: —¡No lo sé!—Como no lo sabes, le toca a la jefa Brown coger mi tarjeta de la mesa y colocarlas en la posición correcta.Lucía aterrizó en cada palabra, de nuevo en un inglés muy auténtico.Los británicos de la sala se callaron al instante y se dieron cuenta de lo que pasaba.Sonia no podía soportarlo, pero seguía argumentando: —Directora General, la hora de la reunión ya ha pasado, no querrá usted aferrarse a esta pequeñez, ¿verdad? ¡Los británicos son muy serios con el tiempo! Si retrasa así, va contra las reglas, ¡pensarán que no quiere cooperar con ellos!—Sí, los ingleses valoran el tiempo y tienen sus reglas. —Lucía rió fríamente—. ¡Pero, esto es en Grupemente Brown, un proyecto del que estoy a cargo!—¡En una reunión que presido, mis reglas, son las reglas!Inglés estándar, palabras claras, no en voz demasiado alta, pero conmocionó a tod
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