Todos los capítulos de Mundos Diferentes - Cuidado con los hijos del capo: Capítulo 341 - Capítulo 350
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Capítulo 341 - Rastreándolas - mdcuatro
—¿Me creen si les digo que no debimos dejar ir a nuestras mujeres? Desde esta mañana que la vi subir en el carro de Verónica… no sé qué sentí.—No me jodas ahora con eso, Gustavo.Comenté, pero yo también sentí lo mismo y por eso pedí el permiso a Any por si tenía que salir si llega el caso. En ese momento sonó un boquitoquis.—¡Lomando dos amando a papá!Todos miramos a Arnold, quién muy serio sacaba el aparato y le respondía a Demetrio.—Comando uno, ¿qué necesitas hijo?Todos soltamos una carcajada, no por burlarme, a mí me dio nostalgia al recordar que hace más de un año no juego eso con mis hijos. Gregorio también mostró sus encías con tres dientecitos al verme reír, cargaba al niño, que lo llevo metido en su canguro.La conversación continuó entre padre e hijo mientras llegábamos al ascensor, por lo que entendí; Demetrio decía que él no le dañó la muñeca a Dayana, dijo que ese juguete ya estaba dañado. Arnold solo suspiró y habló con su hija, la calmó diciéndole que él le compra
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Capítulo 342 - Brisa, arena, mar y… - mdcuatro
El puto hijo de Medrano era la gonorrea que quiere jodernos a través de nuestras mujeres. A ese carajito aún le falta mierda encima para alcanzar nuestro nivel de pilas de mierda. No sabe con quién se estaba metiendo. Esto era vil venganza. Pero no se van a meter con mi Pequeña. Tocan a Diana y los pongo a hervir en aceite.No vamos a dejarlas solas, ya nos preparábamos con el equipo. Cada uno en su bolso mete lo que cree conveniente en su especialidad. Churrusco quedará siendo nuestros ojos desde el satélite y para lo que necesitemos, no ha dejado de abrazar a su hijo que ahora estaba dormido en sus brazos.No sé si fueron ideas mías, pero desde que está con Grego, su motricidad se ve mucho mejor, creo que es el miedo a que se le caiga su hijo lo que ha evitado el no torcer tanto las manos, ahora las domina a la perfección. Rino tomó su maletín médico.—Patrón, ¿llevaremos los trajes? —miramos a Roland, en esta ocasión viaja con nosotros.—No. No podemos dejar entre ver que somos los
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Capítulo 343 - Descubrimos la verdad - mdcuatro
Una vez llegamos hicimos todos los movimientos y nos equipamos de lo que necesitábamos. Me urge tener a Gladis entre mis brazos. Cebolla y Cereza siempre se encargan de tener lo necesario en transporte para lo que se presente, en esta ocasión se llevaron a Zombi.En el mismo avión en el que llegamos ahora lo estaban cargando de combustible, por un par de horas no los veremos, pero a su regreso hasta helicóptero tendremos de ser necesario. Mientras Rata y mi persona nos encargábamos del armamento.Una vez con lo necesario en los carros que consiguieron nuestros encargados de transporte, nos movilizamos, pasamos por dos carros más. Kevin se bajó para conducir uno y Arnold el otro.En promedio era la cantidad necesaria por si debíamos salir con nuestras esposas; cinco en cada auto. —faltaba Churruscó, pero sé que no se moverá de los monitores, él nos ayudará siendo nuestros ojos a través del satélite. Nos instalamos en tres hoteles, yo me puse en el que está a la izquierda de donde est
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Capítulo 344 - ¿Nuestros maridos? - mdcuatro
—Si veo un caso más fuera de contexto, lo llamo.Ingresé al baño, bajo el agua saqué el sudor de mi cuerpo, al salir me vestí lo más rápido que pude, Verónica estaba en el balcón, nuestra habitación quedaba al frente de la calle. Saqué mi arma y la guardé en la pretina de mi jean, la cubrí con mi camiseta larga.—¡Luisa! —llamó Verónica.—¡Dime!Al salir al balcón, ya es una costumbre cuando me siento amenazada, por entrenamiento hice un escaneo del entorno. Ventanas abiertas de las habitaciones de al frente.—Se han bajado doce hombres de tres carros diferentes. ¿Eso es normal? —negué, al mirar los carros que estaban parqueados vi el de esta mañana.—Ese fue el carro que me siguió. ¡Salgamos de aquí Verónica! —tomé mi celular, llamé a mi marido, contestó en la primera timbrada.—Pelinegra.—Amor, ayer le tomaron fotografía a Carlina y a tres más de nosotras en el baño del aeropuerto de San Antonio, al llegar nos recibieron varias personas entre esas; cuatro hombres que tenían cara de
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Capítulo 345 - Enfrentamiento - mdcuatro
Llegamos como lo que somos, unos hijos de puta. Esta mañana, cuando Pecosa logró conseguir la dirección, mientras eran trasladadas a este lugar, nosotros continuamos con lo previsto. Hicimos a un lado la noticia de Inés sobre el cáncer —mejor no pienso en eso, debemos tener los cinco sentidos.Lo cierto es que ahora tenemos un helicóptero en el helipuerto en la casa más cercana a un par de kilómetros de aquí, los carros también los dejamos en ese lugar, pagamos y nos permitieron tenerlos ahí. En un par de horas, cuando nos acomodemos en nuestras habitaciones, van por los cinco carros blindados alquilados.El yate solo fue para que el capo llegara y estas gonorreas se mearan del susto, así le pueden decir al sapo a ese culicagao con ínfulas de traqueto, el cual ya maneja los negocios de su padre.Lástima que se metió con los trastos de la iglesia y osó tener la brillante idea de querer secuestrar a mi mujer, a mi madre, a mi hermana, a Inés y al resto de mis comadres. Eso sí que fue or
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Capítulo 346 - Código naranja - mdcuatro
Acaricio la pierna de mi Gran culo, ya se me estaba pasando la rabia. Cuando llegué la muy descarada estaba con ese diminuto vestido de baño que no le tapa un carajo, ¿cómo le va a tapar?, si el trasero de Pato ¡Era inmenso!, delicioso y solo yo debo vérselo. ¡Nadie más! Antes de abrazarla tomé la primera toalla que encontré, se la puse a su alrededor.No fue fácil convencerla, pero al mirar que estaba completamente cabreado tomó un vestido playero negro y la tela le cubre hasta el muslo. No sabía que era un troglodita, jamás me imaginé que ardería en celos al ver que otro la mire, tanto que me burlé de mis compañeros y ahora estaba choreando la baba por mi chiquilla culoncita. Veo su perfil y cada día me enamoro de esta mujer, así no lo quiera reconocer.Ya estábamos todos en la mesa, los encargados de la comida dejaban los platos en ella, después del almuerzo voy al yate a buscar mi maletín médico y el de municiones. Puede que ya no tengamos que enfrentarnos. También debemos ir por
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Capítulo 347 - Comenzó el enfrentamiento - mdcuatro
He pasado todo el día monitoreando el satélite, aunque no estaba con ellos porque sería una carga más en vez de un apoyo. ¡No veo la puta hora de volver a estar bien! Ellos integran a mi esposa, pero era evidente que Shirly se aleja por su tristeza. En dos ocasiones la visto llorar desde la llegada de mis amigos. Como quisiera abrazarte Encanto.No sabes lo que me estoy esforzando para volver a ti, deseo tanto tenerte de nuevo en mis brazos, y hacerte el amor hasta el cansancio, escuchar tu risa y ahora que cargué a Gregorio, necesito volver a hacerlo. Ustedes dos son mi motor. «Solo espérame Encanto».—Debe dormir, señor Aníbal. —Ana me entregó un vaso con chocolate, eran las dos de la mañana.—No puedo, debo brindarles la seguridad a ellos, en cualquier momento son atacados y debo avisarles.—¿Siempre son así?—¿Así cómo?Ana era una mujer robusta, ya mayor, pero ahora que puedo hacer más cosas hemos prescindido de las otras dos enfermeras, me quedé con ella, era una mujer sola, ded
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Capítulo 348 - Un golpe bajo - mdcuatro
La onda explosiva reventó todos los vidrios de la casa. Por un momento nos aturdimos. Los gritos de Churrusco se escuchaban lejos, comencé a abrir y cerrar la mandíbula para darle movilidad al oído. Tomé el maletín médico —¡Roland, Alfredo! Ocho gonorreas van camino al balcón del lado Oeste.Gritaba desesperado. La mano del patrón apareció en mi campo de visión para ayudarme a levantar. Al menos Carlina estará atendiendo a nuestras esposas si fueron heridas, si era algo delicado quedó en avisarle a Zombi y este a nosotros.—Rata, estás al mando.Habló el jefe con voz decidida, se entregó a las órdenes táctiles de Simón, como siempre lo ha hecho, él era el estratega y Simón tiene su don para la guerra. Ahora el Patrón se somete a las instrucciones de nuestro jefe de seguridad.—Esa área es de ustedes, defiéndanla. —acatamos la orden.—Vamos Rino hacer nuestro trabajo. A Roland le salía sangre por los oídos, iba a tocarlos. Y lo evité, a partir de ahora nuestra conversación será casi
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Capítulo 349 - De película… - mdcuatro
—¿Qué necesitas Rino? —Le escuché decir a Luisa, hablaba con el doctor.Seguía aturdido mi mujer embarazada, Inés herida… atacan nuestro lugar intocable, jodían a mi mujer y familia.—Transporte aéreo.No vi a nadie más. Si miro a mi vieja, no podré salir de aquí. Al llegar al área cerca de la piscina donde se llevaba a cabo la disputa. Vi que han recibido cortadas. También vi cómo Roland partía los tendones de los pies de sus adversarios, Arnold mataba intercalando arma de fuego y navaja.Gustavo partía huesos, esa era su especialidad, Kevin era sanguinario, se enfrentaba a uno, en cada mano tenía una navaja y la pasaba de un lado al otro en el cuerpo del enemigo, Freddy disparaba; en cada mano portaba un arma.Simón peleaba cuerpo a cuerpo, sacó su navaja de sus botas y comenzó a puñalear, Daniel disparaba a los que intentaban ingresar. Y yo… esta vez yo… me quedé fuera de combate. A mi vieja la dejé llena de sangre, la misma que ha sido mi madre desde que llegué a las filas del cap
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Capítulo 350 - Sigue la película de acción - mdcuatro
Le hice caso a mi marido, terminé de abrocharlo y no solamente lo hice yo, Luisa también reaccionó, cuando el frenar del auto nos zarandeó adelante y atrás escuchamos cómo se desgastaron las llantas y ese chillido surgía del pavimento. Al frente había cinco carros.—Falta un carro, nos habían dicho que eran seis. —hablaba Simón, quien miraba todo—. Rasca culo, a mi señal. El resto, solo tenemos una oportunidad de salir. Hay que ganar tiempo para que llegue el refuerzo.De aquí voy a quedar internada por varios días en la clínica por culpa de los nervios, si bien no he gritado, no significa que no tenga ganas de ir al baño. Sé que, si grito, empeoro todo. Mi Cereza necesita concentración. Gustavo se sentó en la ventana del auto en el que iba y lo vi disparar esa gigante arma. La botó y volvió a meter, al tiempo que los tres autos aceleraban.—Pelinegra. —Simón le entregó una metralleta a su esposa y solo le bajó un poco el vidrio.—¿Es en serio Simón?Refutó ella, mientras que la vent
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