Al día siguiente…MaríliaMe desperté muy temprano, Rafaela ya estaba preparando el desayuno y pude decirle todo lo que había pasado anoche y que tanto me molestaba. Mis pies todavía me duelen mucho, si pudiera vengarme de él de alguna forma juro que lo haría.— Ayer llegaste muy tarde, amiga, ¿no me digas que el movimiento del restaurante dio un aumento?Pobre de ella, si cree que tengo algún motivo para celebrar el aumento en el movimiento del restaurante.— ¡Peor que eso, Vinícius decidió aparecer por allá al lado de sus perros guardianes de traje!— ¿Y cómo reaccionaste? — Preguntó curiosa y, al mismo tiempo, asustada.— Tuve que mantener la clase y servir a los clientes como cualquier cliente, los dueños solo quieren el dinero y no importa quiénes sean los clientes mientras paguen bien. Insistieron en que yo sirviera en su mesa, Vinícius, y pidieron todos los platos del menú.— ¿Todos? — Me preguntó sorprendida.— Sí, y mis pies todavía me duelen de tantas vueltas que tuve que da
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