Llevo una semana sin saber de bruno, voy al trabajo leo el periódico pero no veo ninguna noticia acerca de su salud, por lo menos me da alivio saber que sigue con vida pero me siento ansiosa odiando quien soy por un momento por no poder ir con él, hoy estoy más desesperada que nunca y mi cabeza empieza a tener ideas locas de ir hasta ese hospital pero me veo al espejo cuando vean quien soy fácilmente me acusaran de ladrona o de indigente los ricos no tienen pudor.Paso todo el día pensando hasta que el valor llegó a mi, respiro profundo tomo dinero y me colocó mi abrigo salgo a la calle tomó un taxi y le digo a la dirección que quiero ir me mira por el retrovisor con el ceño fruncido pero ignoro eso voy mirando por la ventana que hermosa es la ciudad, nos detenemos en la puerta principal del hospital, hay unas grandes puertas —es aquí señorita—Le entrego veinte dólares y me bajo del carro me siento aterrada mi corazón bombea sangre tan rápido que siento que me quedaré paralizada —v
Leer más