Así empezaron a pasar los días, donde a veces Lisandro llegaba justo a casa y otras con tiempo de sobra, pero sabía que ya era un peligro y debía plantearse seriamente en decirle la verdad a Alexa… aunque si era sincero consigo mismo le gustaría seguir viviendo esa mentira para siempre porque le daba miedo imaginar que ella lo dejaría al descubrir la verdad y por eso prefería seguir guardando el secreto. Por su parte Alexa empezó a notar algo curioso, ya que a veces veía que Lisandro tenía puesto maquillaje, provocando que ella preguntara ¿qué era lo que hacía en la casa durante todo el día? otras veces había notado que él se notaba algo agitado justo cuando ella llegaba, lo cual era extraño porque daba la impresión de que había corrido… lo cual no tenía lógica ¿o sí? Pese a las sospechas, ellos seguían en esa extraña relación de amistad y armonía, aunque ese ambiente pronto se rompería… ya que, el sábado si o si Lisandro debía ir a una convención automotriz, porque era el evento don
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