En la tarde, cuando Luke estaba recostado en Alba, ella le estaba diciendo que era uno de los hombres lobos más inteligentes como si fuera parte de la realeza dentro de este mundo. —Desearía mucho creer en lo que dices, pero, ni siquiera tengo idea si existe eso. Igual con tus preguntas tontas, sigues siendo un encanto—le respondió Luke cuando esta mujer quería pasar todo el día con este hombre. A pesar de que Alba se había quedado dormida, Luke aún seguía con los ojos abiertos, manteniendo sus brazos cruzados, aunque, no podía sacar la imagen de su cabeza viendo cada cicatriz que Seth estaba en su espalda por las heridas que había sufrido por su incapacidad de protegerlo. Sin dudarlo, le dio un beso en la frente sin antes darle un toque con sus dedos, como era su señal de costumbre entre ellos. En la mañana siguiente, desde las primeras horas, Esther se había con Seth para evitar incomodar a Luke, quien había hecho demasiado por ellos. —Encanto, tenemos que irnos al cementerio p
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