PDV Paul. El día de ayer fue extenuante, no solamente la mal criada de Amelia casi me tira al piso al meterme el pie para que me tropezara, sino que me lleve la mala noticia que ella es la socia mayoritaria por lo que será la presidenta de la empresa y yo el vicepresidente, recuerdo su amplia sonrisa, recuerdo mis reacciones la primera fue bajar mis manos de la mesa para cerrarlas en puño y la otra de mi miembro con vida propia que vibro al verle su hermosa sonrisa. Iba gruñendo yo solo en mi auto, cuando me frené por el cambio de luz del semáforo a rojo y una música alta me sacó de mi amargura. –Quien puede estar con ese escándalo a esta hora – casi grité al mirar el retrovisor de mi auto para fijarme de donde provenía la música, me quedé de piedra al ver el carro de mis sueños justo de tras de mí y manejándolo otra persona. Un lamborghini Sián Roadste color verde, hacía menos de un mes que mi padrino lo había importado, de hecho, eran dos, pero uno de ellos ya estaba reservado. M
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