Al día siguiente, en horas de la tarde, Jade y Jhon se dirigieron caminando hasta el reino. Al doctor ya no le importaba que la gente murmura o los mirara mal, aunque estaba algo cansado, había seguido teniendo sexo anoche y en la mañana solo para hacer sentir a Jade mejor y retomara parte de la movilidad de su cuerpo. Aún no estaba bien físicamente y ni siquiera transformándose en Lycan podría recuperarse rápido. Mucha gente los seguía mirando por lo que había pasado en los dos últimos días, pero de una manera diferente, por lo menos eran más comprensivos de la situación.Jade estaba algo avergonzada por lo que hizo hace unos días, prefirió no mirar a nadie a los ojos, solo hizo lo que su esposo le pidió. Cuando la pareja llegó al castillo vio a un doctor hablando con uno de los guardias reales. Era un hombre bastante viejo, con una túnica blanca y un gorro, tenía una barba blanca y ojos azules, era de algo bajo, y con un rostro alargado, y unos labios pequeños. El volteo a mirar
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