- Mira, estoy envejeciendo - comenta burlona, y él también se rió mientras me abrazaba.- Seguirás siendo hermosa - afirmó.- Pero en algún momento, tendrás muchas arrugas, y no me querrás - bromeé divertida.Y él respondió cariñosamente, haciéndome sentir amada y feliz a pesar del paso del tiempo.- Te amaré por siempre - comenta, y nos besamos. Emma se había convertido en una joven de 30 años, y aunque no podía tener hijos con Damián, ella fue mi única hija a lo largo de mi vida. Pero eso fue más que suficiente, porque Emma tuvo seis hijos, y sus hijos tuvieron muchos descendientes. En este hermoso domingo, después de 60 años desde el nacimiento de Emma, estábamos todos reunidos en esa casa donde todo comenzó. Éramos una gran familia, con tres largas mesas llenas de niños, nietos y bisnietos.En mi vejez, yo seguía pareciendo de 30 años, mientras Emma había envejecido. Sin embargo, eso no importaba, porque, aunque parecía que ella era mi madre y yo su hija, jamás dejamos de ser
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