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Todos los capítulos de Mi mate, no me ama: Capítulo 51 - Capítulo 52
52 chapters
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- Me duele demasiado el corazón - murmuré, y empecé a llorar. Limpié las lágrimas, sintiendo que no podía soportar tanto dolor. Era demasiado profundo, y no sabía cuánto podría resistir.-Usted… va a morir así.Entonces, una voz desconocida habló detrás de mí, y al girarme, me encontré con una anciana de baja estatura que sostenía un bastón entre sus manos.La mujer tenía el cabello blanco y largo hasta la cintura. A pesar de sus arrugas, conservaba su belleza. Sus ojos azules eran enormes y sus labios estaban agrietados. Llevaba un poncho de piel de animal sobre su espalda.Nos miramos, y me acerqué a ella, curiosa.- ¿De qué habla? - preguntó.Ella simplemente dijo:- Morirá, pero también de dolor.- Supongo que es mi destino - murmuré.La anciana observará al bebé en los brazos de Germán.- Tienes una hija - comentando, señalando a la bebé.- ¿Cómo lo sabes? - preguntó.- Porque yo lo sé - respondió. Luego se dio la vuelta y dijo: - Sígueme.Entonces, con Germán y el vampiro herido
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- Mira, estoy envejeciendo - comenta burlona, ​​y él también se rió mientras me abrazaba.- Seguirás siendo hermosa - afirmó.- Pero en algún momento, tendrás muchas arrugas, y no me querrás - bromeé divertida.Y él respondió cariñosamente, haciéndome sentir amada y feliz a pesar del paso del tiempo.- Te amaré por siempre - comenta, y nos besamos. Emma se había convertido en una joven de 30 años, y aunque no podía tener hijos con Damián, ella fue mi única hija a lo largo de mi vida. Pero eso fue más que suficiente, porque Emma tuvo seis hijos, y sus hijos tuvieron muchos descendientes. En este hermoso domingo, después de 60 años desde el nacimiento de Emma, ​​estábamos todos reunidos en esa casa donde todo comenzó. Éramos una gran familia, con tres largas mesas llenas de niños, nietos y bisnietos.En mi vejez, yo seguía pareciendo de 30 años, mientras Emma había envejecido. Sin embargo, eso no importaba, porque, aunque parecía que ella era mi madre y yo su hija, jamás dejamos de ser
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