Un vacío inexplicable embargaba su corazón, con los años y las desilusiones el hombre de negocios se hacía más frio cada vez, sin que esto le afectase en absoluto, usando el hecho de ganar dinero como un juego bastante competitivo que no se daría el lujo de perder. Como invertir el dinero, ahorrarlo y hasta mantenerlo se trataba a sus ojos de un arte que logro manipular a la perfección.Las joyas, los autos de lujo, las obras de arte y las propiedades, son bienes que le gusta atesorar tanto por el hecho de subir su estatus y mostrarle al mundo lo fantástico, su buen gusto, su renombre y que contaba con unos cuantos ceros en su cuenta bancaria. No se trataba de cosas que quisiera atesorar de por vida sino inversiones liquidas que en caso de ser requeridas se venderían con facilidad.Incluso se atrevió a vender un auto deportivo al doble de su valor original solo porque él había sido el dueño, un mundo de cálculos, de estadísticas, proyecciones, balanzas por el que apostaba y que podía
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