—Magnus, iré a ver a Marcus —Magnus quedó en silencio.—Es que sufrió un atentado —Magnus había oído esa noticia, sabía que lo habían confundido con él.—¿No harás nada? —Siguió sumido en sus pensamientos.La verdad era que él nunca había sido así de fijón, hasta ahora había descubierto que era inseguro de si mismo. Eso de alguna manera lo tenía inconforme.—Sara, el no es tu esposo para preocuparte por el, haré lo necesario para ayudarlo, ¿entiendes eso?—Si, entiendo, pero no está demás que le brinde mi ayuda, a veces no es la ayuda económica la que necesita una persona, sino un poco de tu tiempo.—Si, y también tomad en cuenta que ese hombre está interesado en ti, no alimentes su ilusión, pensará que tiene esperanza contigo.—No lo veo así —dijo ella mirándolo fíjamente. —Debes aprender a confiar en mi mi amor —se acercó a su esposo y lo abrazó.—No desconfío de ti, si no de los de allí afuera, de las malas intenciones de aquellos, por favor, tengo lo suficiente para obligarte, pe
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