Desde que le dije que trabajaría para mí, ha estado callada. No me traerá mucho, lo sé. Tendré que entrenarla, mucho. Y siento que poco a poco, como una rosa, florecerá.Todos se sientan a comer y llegan mis hermanos. Tan pronto como Syra los ve, pone los ojos en blanco y luego los sigue. Siento que se pone tensa. La miro fijamente para comprobar todas sus acciones. Hice bien en no dejarlos vivir aquí. Está al borde del pánico.— Les presento a mis hermanos, Keyaan y Hayden. Les digo _ Keyaan y Hayden, les presento a Syra y su familia.Syra les da un pequeño asentimiento, que mis hermanos le devuelven. Luego se sientan a mi lado, sin decir una palabra. Después de un rato, Syra mira hacia arriba, sin duda sintiendo mis ojos en ella, luego rápidamente baja la cabeza. Ella debe tener miedo.— Se siente bien volver a ver gente de nuestro país. Nota Hayden. ¿De dónde eres, Egipto?— Somos de El Cairo. Contesta el padre de Syra. Entiendo que tú también lo eres.Mi hermano asiente.— Tu casa
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