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81. Esta vez tomarás lo que es tuyo…
Debía reconocerlo, ningún otro cuerpo lograba calentarlo desde hacía años, aunque eso no lo hacía un santo, mucho menos alguien célibe. Muchos cuerpos han pasado por los brazos del americano, Hombres mujeres, no importaba ninguno de esos cuerpos, era el cuerpo del joven que en esos momentos estaba deseando y que tenía a su maldita polla tan dura que le dolía.— ¿Se te antojó recordar viejos tiempos?— preguntó Vladímir insinuante mientras se las arreglaba para voltearse, quedando frente a Ethan y fijando el hielo gris de sus ojos en el mismo hielo, pero esta vez azulada de los ojos del americano.Deslizó las manos por su torso y empezó a desabrocharle la camisa, debía relajarlo un poco si quería salirse con la suya, mostrarse sumiso y participativo tal y como él lo recordaba.Russell no pudo evitar dejarle hacer lo que deseaba, ya que precisamente sus manos, sus labios, todo el maldito cuerpo del ruso era lo que deseaba poseer, lo que ansiaba volver a saborear con sus labios.— Mi rey…
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82. Eres mi m*****a kriptonita.
Russell alzó sus caderas y cerró sus ojos, disfrutando del dolor que le provocaban los embistes del joven rubio, pero no quería que parara, todo lo contrario quería que siguiera.— Pasé un año entero durmiendo abrazado a ti en una cama individual, sin espacio para dos personas. Eso es lo que lo hacía perfecto, porque no había más remedio que estar muy pegados el uno al otro — dijo Vladímir, recordando cómo en ocasiones incluso dormía sobre él, acurrucado en su pecho, aquello lo llenó todavía más de dolor y furia — las veinticuatro horas del día a tu lado y de repente todo terminó.Los ojos de Vladímir, dolían mientras intentaba contener sus lágrimas tras cada uno de los embistes que le daba, pero no lloraría, no se permitiría llorar.— Tócame, necesito que me toques —pidió Vladímir desatando sus muñecas ante la urgente necesidad de desear sentir sus dedos sobre la piel.—¿Crees que eres el único?— le preguntó el rey llevando las manos por el cuerpo de su amante, tomando lo que era suy
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83. ¿Se sabe algo de Sergey?
—El americano, se hospeda en uno de los hoteles de más de cinco estrellas que hay en la ciudad, pero por lo que sé, quien lo invitó fue el abogado de su difunto padre, señor.Alexei golpeó con fuerza la superficie de su escritorio, si el abogado lo había invitado significaba que su padre así lo había previsto.—El maldito de mi padre, siempre metiéndose en mi camino aun después de la muerte.El abogado se encontraba llegando en ese momento a la mansión, o mejor dicho, al castillo Ivanov. Tenía que tener todo preparado para leer el testamento en una hora.— ¿Se sabe algo de Sergey?— preguntó Vladímir a su chófer mientras era llevado al entierro de su abuelo, todavía no podía creer que no hubiera dado señales de vida, sobre todo sabiendo lo que se desvelaría tras el entierro, necesitaba que Sergey estuviera allí.Vladímir había guardado el secreto desde que se enteró el día en que Russell se lo contó en la cárcel poco antes de salir. Sabía que él era una pieza crucial en el tablero, un
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84. Lamento no haber estado junto a ti .
Bradley observó cómo su jefe se encontraba tenso, no era para menos. Sabía lo mucho que le estaba costando fingir indiferencia ante el dolor del joven ruso.Pero era necesario que lo hiciera, era de vital importancia para poder vengar la muerte del viejo Ivanov y conseguir también sus objetivos, aunque lo segundo. Bradley empezaba a dudar que su jefe quisiera quedarse con el imperio ruso, como él le había dicho alguna vez.Por suerte, uno de los antiguos hombres de su abuelo que se habían quedado para estar a su servicio se acercó a hablarle, aunque él sabía que no era lealtad hacia él lo que tenían, si no hacía Sergey.Y Sergey observaba todo desde la lejanía, y si se quedaba sería para proteger a Vladímir y matar a su padre, porque no le quedaba duda de que él había sido el verdadero causante de la muerte de Yuri y no podía marcharse hasta que el hombre que lo había tratado más como un hijo que como un lacayo, fuera vengado.—Joven Vladímir — llegó hasta donde se encontraba el joven
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85. No es así como yo lo quería.
La mansión Ivanov será puesta a partes iguales a nombre de mis dos nietos, quienes deberán aprender a convivir, entenderse y protegerse el uno al otro si quieren salir adelante juntos.Como medida de prevención y soporte para mi nieto Vladímir y, solo en caso de que cuando yo muera no haya cumplido todavía los 25 años, Mi gran amigo y socio Ethan Russell se ocupará de tutelar todos sus bienes y fortunas hasta que Vladímir cumpla dicha edad.—¿Qué?— preguntó Vladímir observando a Ethan, ahora entendía qué hacía él allí — ¿Mi abuelo me puso un tutor como si fuera solo un niño?Alexei se alzó de inmediato al escuchar el testamento de su padre. Sobre todo la parte donde descubría que Sergey era su hijo y que la fortuna de Vladímir quedaba en manos del americano.—Mi padre debió estar en algún tipo de locura senil al hacer este tipo de testamento, por lo que haré lo imposible para impugnarlo.Sergey en ese momento recibía de manos del abogado los papeles que demostraban que Yuri era su abu
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86. No te abandonaré, no mientras viva.
—Solo quiero que sepas que el de la idea de ser tu tutor no he sido yo— menciono el americano, cerrando sus ojos.Ese joven lograba bajar todas sus barreras, en su presencia no podía comportarse de esa manera. Vulnerable, era así como Ethan Russell, el gran rey negro, se sentía en presencia de Vladímir Ivanov. Él, quien jamás había visto por nadie o importado los sentimientos de los demás, se encontraba en ese momento tratando de hacerle entender a ese joven que no deseaba convertirse en su enemigo.— No estoy molesto contigo, en realidad, solo seguía con nuestro plan. En realidad, Vladímir si estaba un poco molesto, más bien por la forma en que su abuelo parecía no verlo apto para protegerse a sí mismo.—¿Estás seguro de que no estás molesto? No me lo creo, es como decir que no me interesas en lo absoluto o que no me encuentro frente a ti como un adolescente enamorado — mencionó Ethan dejándole claro que sabía que se encontraba molesto.— En este momento podría enfrentarme yo solo a
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87. Solo estoy cansado
En el pasado ambos habían compartido muchas cosas, entre ellas, una extraña relación de odio y placer, que por qué no recordar ahora que estaba allí en Rusia.Sergey sintió la cercanía del americano como una maldita invitación a hacerlo él también y eso hizo que ambos invadieran el espacio personal del otro.—Podrías tener razón en tus palabras, pero no es algo que me apetezca hacer del todo. Sé lo que conlleva portar la corona del rey y no es algo que yo desee para mí.— Ya no eres el perro de Yuri sino su sucesor, más fuerte, siempre y cuando mi jefe no decida lo contrario, creo qué es realmente por lo que debes preocuparte, no por qué él intente dañarlo.— Bradley se puso muy cerca de la boca de Sergey intentando provocarlo, tal y como siempre le funcionó en el pasado.—Es porque no soy un perro, que deseo mi libertad— mencionó Sergey haciendo que sus labios de alguna manera se rozaran, y que sus alientos se entremezclaran.Sergey en ese momento podía tomar los labios de la mano der
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88. Justo la persona que deseaba ver.
Sergey no dijo nada, simplemente terminó de acomodarse la ropa que el scort, de manera infructuosa, trato de quitar de su cuerpo antes de ser echado.— No es nada, solo necesito salir y, por favor, no me sigas. Su petición, aunque trató de ser amable, no lo era, era una clara orden para que nadie lo siguiera, en especial Bradley.— ¿Solo dime a dónde irás?Sergey no contestó, simplemente salió de la habitación y se alejó caminando rápidamente hasta donde era una prioridad ir.No se podía decir que Bradley estuviera celoso, pero si se le hacía molesto que su juguete ruso no quisiera jugar con él en esta ocasión. Se quedó viendo atentamente hacia la puerta por donde Sergey había echado al escort y se fue en su búsqueda, era mejor eso que ir en su búsqueda.Estaba con tiempo, para ir al único lugar donde nadie jamás hubiera creído que sus pasos lo dirigirían.La parroquia del padre Alik, era necesario verle, ya que estaba
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89. Quiero ser tu ruina… Alik.
Los movimientos de su cadera se volvieron duros y animales mientras sus manos se deslizaban por el cuerpo de su amante hasta estar en sus nalgas y abrirlas, observando como su miembro entraba y salía cada vez más rápido y duro del culo de su amante.Sergey no podía más que gemir, disfrutando se los embistes que le daba Alik el padre, jamás habían sentido ese tipo de apego, más que apego era una adicción la que sentía por ese hombre.Era imposible para él no mostrarse sumiso ya la vez demandante.— Sergey… Sergey… maldito seas — decía en su oído antes de bajar a su cuello y marcarlo.Solo pensar que alguien más pudiera tenerlo así lo llenaba de celos, pero a la vez era lo que sería más probable de que fuera a suceder, ya que él no podía tener una pareja.Llevó una de las manos hasta el miembro erecto del mafioso mientras con la otra se mantenía sujeto a su cadera, sabiendo que sería incapaz de aguantar mu
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90. ¿No me crees capaz de protegerte?
Sabía que él mismo se había encargado de matar a varios miembros de su familia y los que se había dejado habían sido exterminados por los hombres de Yuri, pero todavía quedaban algunos, escondidos bajo nombres falsos, que esperaban la oportunidad para terminar con él.—¿No me crees capaz de protegerte?— le preguntó Sergey a Alik alzando su mirada.Sabía que Alik tenía razones para esconderse, una muy poderosa, pero se le hacía imposible no querer estar con él. Sobre todo sabiendo que ese hombre había sido el amor de la vida de su tío Dorian.Él se había enamorado de la persona especial de su mejor amigo y familia sin saberlo, pero eso no era culpa de él, de haber estado Dorian sabía que su amor no podría ser, pero el hijo de Yuri estaba seguro de que al igual que el mismo Yuri estarían de acuerdo en que él amara a ese hombre sin importar nada.— Pero no es momento de hablar de mí, sino de como te sientes tú con eso. Al saber que Él era tu abu
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