Entro en la habitación que había mandado a preparar especialmente para él, mientras lo revisa un médico que siempre ha trabajado con nosotros junto con una enfermera a la cual secuestramos en Albania antes de enrumbarnos hacia Rusia, su misión era mantener a Ecain con vida hasta que llegáramos a mi país y si no lo lograba podía considerarse muerta. Aquí seguramente es donde esperan a que diga que si Ecain moría no la mataría porque no era su culpa, pero soy una maldita alma rusa, si era o no su culpa me sudaba los putos ovarios, iba a matarla, eso ténganlo por seguro.Entonces, en cuanto cruzo las puertas, me detengo en seco, mirándolo. Es cierto, acaba de despertar y está dopado hasta la mierda, se nota demasiado porque no logra enfocarse en una sola cosa o mantener sus ojos abiertos. No puede siquiera apoyarse en el respaldar de la cama sin ayuda de la enfermera. Trago saliva con fuerza y carraspeo adentrándome y llegando hacia donde está él, sentándome a su lado, en la cama.—¿Katr
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