Narra EmmaUna vez que todos estuvimos listos nos fuimos por caminos separados, Nicolás no se atrevía a verme y sabía que se sentía mal por lo sucedido. Estacioné el carro en su parque favorito y le pedí que nos bajáramos, él un poco contrariado por mi petición accedió a hacerlo y me siguió pero en esta ocasión lo diferente fue que me tomó de la mano haciendo que me sorprendiera._ Cariño, es cierto que lo que hiciste ayer no estuvo bien _ le dije sentada en una banca _ pero soy consciente de que te arrepientes, eres mi hijo y siempre te voy a amar.Nicolás me dió un abrazo y sentí que sus lágrimas descendían por mi cuello, yo lo rodeé mientras sentía una inmensa alegría al ver que a mi hijo cada vez le costaba menos mostrarme cariño, le di un beso en su frente y le sonreí._ A ver, ya seca esas lágrimas _ le limpie la cara con mi pañuelo _ vamos, sacude tu nariz y pasa la página, el señor Lombardi probablemente quiera jugar una partida de ajedrez contigo, le has agradado mucho por al
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