Ilhan se levanta a la misma hora de siempre, prepara el desayuno para los dos y parte con Sylvie a la casa de su madre, ya que allí se quedará para seguir trabajando en el invernadero, mientras que ellos irán a la cárcel. —Cualquier cosa, me llamas —le dice él a Sylvie, como cada día que deben separarse por trabajo. —Tú tranquilo, estaré bien —le da un beso lleno de amor y buenos deseos antes de verlo salir con su madre hacia la cárcel. Durante el trayecto los dos hablan para ponerse de acuerdo en lo que harán en el caso de que Orson arremeta contra ellos, porque eso es lo más probable. Al llegar al recinto, los dos entran abrazados, pasan por el protocolo que hay para las visitas y los guían al lugar en donde se llevan a cabo los encuentros con los reclusos. Minutos después ven aparecer a Orson por completo demacrado, camina con lentitud, va esposado y en cuanto los ve, su rostro cambia por uno de alegría, haciendo que madre e hijo se miren desconcertados. —Gracias por venir —le
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