—Buenos días, cariño—, le dije, dándole un beso en la mejilla mientras lo abrazaba. —¿Dónde está Caín? —, preguntó, mirando a su alrededor en busca de su hermano. —Caín está enfermo, cariño. Está en el cuarto de papá hasta que se mejore para que no te enferme a ti—, le expliqué, caminando de regreso al cuarto de Asher para buscarle ropa para ese día. —¡Quiero verlo! — exclamó Asher. —Sé que quieres, pero todavía no puedes. Ahora mismo está durmiendo y no queremos que tú también te pongas malo—, le dije. —Pero...—, empezó a protestar, pero Natanael lo cortó. —Nada de peros, colega. Tu hermano está enfermo y tenem
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