Me desperté con la luz del sol en mi rostro. Al girarme me percaté de que Juan Miguel estaba entrando al cuarto con una charola con el desayuno en sus manos.—Buenos días, mi vida. Esta vez no debi salir huyendo antes de que entré tu tia.—¡No otra vez!—Exclame al percatarme de que estoy vestida con su ropa —No pasó nada, amor, te mojaste y por eso te vestí con mi ropa.Me dirigí al baño a devolver el contenido de mi estómago.No puedo creer que bebi hasta olvidar mi nombre.Luego de cepillar mis dientes repetidos veces bebí las pastillas que me entrego Juan Miguel y comencé a desayunar.—Yo mismo corte tu fruta. Trabaje en varios restaurantes.—Lo sé, has hecho de todo para sobrevivir.Te repito que te admiro mucho.Has sido el hombre más trabajador que he conocido.—Mi padre decía que por todo en esta vida debía luchar.Los estudios, el trabajo y por la mujér de mí vida.—¿Y esa soy yo?.—Tú qué crees, Maia.Siento que mi corazón está roto, pero debo seguir adelante porque no quiero qu
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