Todavía soñaba con que él le había dicho muchas, muchas cosas, pero no escuchó nada de lo que él decía.En el sueño, le pedía que hablara más fuerte, no podía oírle, pero él sólo movía la boca, sin que ella pudiera entender ni una palabra, la situación la estaba desesperando.Cecilia le echaba una mirada y volvía a lo suyo.—Ayer por la tarde, llevé a tu hermana y a Sonny a casa primero, y también me quedé a dormir en casa de tu hermana, no sé si Mr. York volvió o no.Serenity se dio un golpecito en la frente y dijo: —¡Claro, no volviste a casa! Ay, me duele mucho la cabeza, Cecilia, ¿me puedes preparar una sopa para la cruda? Si no, voy a buscar un analgésico y ya está, me está matando el dolor de cabeza.Después de hablar eso, Serenity salió de la cocina.Luego, con la mayor naturalidad del mundo, entró en la habitación de huéspedes, encontró el botiquín, sacó una pequeña bolsa de analgésico, abrió el paquete y estaba a punto de verter el polvo en su boca.—¿Te duele la cabeza?La vo
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