Había sido durante toda mi vida un hombre despediado y sin escrúpulos , y seguía a la perfección mi frase favorita " el fin justifica los medios", que también había intentado que mis tres hijos asimilarán. Savio lo había hecho a la perfección, incluso demasiado, se podía decir que llevándolo al extremo. Había creado a un monstruo, era mucho peor de lo que era yo, un sádico y un hombre lleno de adicciones y desenfrenos, al que incluso tuve que parar para que detuviese los maltratos continuos a su mujer, a la que había anulado completamente desde prácticamente el inicio de su matrimonio. Adriano era en cierta medida un desconocido para mi, nunca había llegado a conocerlo, y aunque lo amaba me daba miedo acercarme demasiado a él porque me recordaba un pasado que no quería tocar. Marco, en cambio, parecía ser todo lo contrario a mi, pero aunque fuese raro, a través de su bondad innata y su dedicación en lo que hiciese, esaba claro que el mejor para ser mi heredero y principal gestionar
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