Mantengo la mente despejada y me centro en mi café, no quise comer pastel ni nada dulce, ni siquiera tengo hambre. Jhonson se dedica a mirarme, me observa demasiado y eso está empezando a incomodarme.A veces me pregunto si acaso fue él quien le metió todas esas cosas en la cabeza a mi hijo para provocar una cercanía entre nosotros, todo para molestarme y hacerme pasar malos ratos.—¿Tengo algo en la cara? —pregunto en voz baja, no quiero que mi hijo se de cuenta de mi incomodidad.Jhonson se queda observándome como si no hubiera hecho nada malo.—No pensé que te molestaría, pero, pido disculpas, no volverá a suceder. —Se pone serio, no obstante, después se mantiene contento y noto que disfruta pasar tiempo con Erick.—Cariño, creo que tenemos que irnos ya, debo hacer unas cosas en la casa y tengo mucho sueño. Además, tienes que hacer la tarea, recuerda. —Llamo la atención de mi hijo.—Mamá... Bueno, está bien... —esboza una expresión de pesar.—Otro día verás a papá, ¿cierto Jhonson?
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