Todo era oscuro,pero aún así podía ver las manchas de sangre en mi ropa,no estaba asustada pero me sentía vacía.Caminé sin rumbo escuchando el chapoteo del agua bajo mis pies,no sé exactamente cuanto tiempo estube caminando,pues éste parecía no pasar, todo seguía en completa oscuridad.Hasta que una gran casa apareció frente a mí,una casa que conocía perfectamente.Abrí la puerta sin miedo y entré.Entré con el nudo más grande en la garganta,asfixiando mi ser con lentitud. Una pequeña yo se encontraba jugando junto a varios niños más,sus ojos inocentes temblaban de miedo al solo escuchar los pasos de su agresor cerca,los cuatro niños se paralizaron mirando al suelo,pidiendo ayuda en silencio,deseando que alguién los sacara de ese infierno donde sus "padres" los habían abandonado,pero estabamos solos,nadie nos protegía. —Por favor no les hagas daño—dije al aire.Esa persona no iba a oírme,pero no podía simplemente dejar que los lastimara.—Camila—Su voz aterradora hizo temblar a los p
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