De pronto, de la nada el nombre de Ailén cruzo mi mente… ella tenía experiencia con animales y personas, algo debía poder hacer en este caso. Salí rápidamente de la cueva entre tropiezos y tomé uno de los caballos de los guardias que estaban a la espera de mis órdenes.Galope rápidamente hacia el castillo, y a pesar de que el caballo iba a toda velocidad, el camino se me hacía eterno. No deseaba perderlo, mientras intentaba con todas mis fuerzas evitar que un pensamiento de muerte inminente se apoderara de mi mente, el miedo de no llegar a tiempo poco a poco se iba a apoderando de mi ser.Krad no solo era el protector de mi pueblo, si bien, perderlo implicaba quedar a expensas de Hashim, por otro lado, era perder una gran parte de mí, y no solo lo decía por el vínculo que compartíamos, desde que quede huérfano, él ha formado una parte primordial de mi vida y mi educación, es quien me ha ayudado a forjar mi carácter y formar mis valores, ha sido casi como un padre para mí en todos esto
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