Kate acarició su cuerpo mientras descansaba su espalda sobre el borde del jacuzzi. Se deleitó con el aroma del baño de pepino y melón, que sorprendentemente le encantó. Había pasado media hora desde que se había sumergido en la bañera. Cuando se percató que el aroma ya permanecería en su piel, se levantó y se secó.Al salir del baño, completamente desnuda, Kate encontró a Carlos mirando hacia el mar, con su espalda desnuda y bien definida frente a ella, tentada a agarrar sus tonificados glúteos.“Carlos…”, llamó ella. Una pizca de sensualidad emanó de su voz. Se subió a la cama, mostrando sus dos redondos glúteos, blancos y suaves como la seda, antes de acostarse de lado, dándole al Diablo una buena vista de sus nalgas.Un siseo salió de los labios de Carlos cuando se volteó. Terminó tocándose, revisando la firmeza de su miembro mientras caminaba hacia el borde de la cama.Sostuvo algunos pedazos de tela negra y declaró: “Hoy, quiero tomar control total”.Kate no supo a qué se ref
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